Los beneficios no pueden ser la única prioridad

En estos días hemos conocido la decisión de una empresa de refrescos, con beneficios importantes, plantear un ERE por reorganización. Desde que empezó la industrialización se estableció en las empresas,  el poder total del capital financiero sobre el capital humano. Desde entonces nada se ha avanzado en erosionar esa supremacía, pese a la inviabilidad de las mismas sin el capital humano.  Debemos añadir nuevos matices a la lucha de los trabajadores, enfocándola  también, a lograr el reconocimiento de la importancia del capital humano en la empresa, con actuaciones  encaminadas a igualar el poder de ambos capitales. Luchar hasta conseguir que en la gestión de las actividades empresariales intervengan los representantes del capital financiero y los representantes del capital humano, en la empresa,  en igualdad de responsabilidades y derechos.   Los empresarios deben ser conscientes  que para asegurar el éxito en su empresa,  tienen que lograr la cooperación del capital humano aprovechando en cada responsabilidad todo su potencial. El trabajador no debe ver en su salario su única remuneración sino también participar de pleno derecho en las decisiones empresariales.  Los ciudadanos debemos exigir que las políticas de cada empresa sean decidas en conjunto y no sean potestad de una parte. Este planteamiento mejorará la viabilidad de las empresas,  potenciará su función social y permitirá moderar  sus políticas, equilibrando sus efectos en la sociedad.

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